
Me apetecía hablar sobre esta nueva sociedad emergente, en la que me incluyo, que tanto se preocupa de la salud, de la armonía, de las energías, etc. Los podríamos llamar “pihippies” (pijos y hippies). Yo estoy encantada con descubrir nuevas alternativas a esta vida que nos lleva siempre corriendo de un lado hacia otro, pero también entiendo que los extremos no son positivos tanto si se van hacia el lado “oscuro” como al lado de la “luz”.
Que siempre tengamos que ser buenos, simpáticos, generosos, obedientes, agradables, etc. son actitudes positivas, sí, pero no deja de ser un encarcelamiento, ya que cuando tu carácter aflora y por una vez levantamos la voz o nos defendemos de alguna manera que no es la “correcta”, entonces nos volvemos nuestros peores enemigos castigándonos por no haber sido todo lo “pihippies” que teníamos que haber sido y nos flagelamos por no ser tan bondadosos como teníamos que serlo.
La vida nos ofrece miles de oportunidades para crecer y es bueno ir descubriendo poco a poco donde nos sentimos mejor, si ponemos barreras a nuestro propio crecimiento estancándonos en una religión, secta, grupo, pensamiento, idea, etc. no podremos seguir evolucionando dentro de este Universo infinito que tiene, como él mismo es, infinidad de posibilidades.