miércoles, 27 de mayo de 2009

GRACIAS CAPRI

Llegaste asustado con el pelo enredado, no sabíamos como tratarte ni como cuidarte, pero fue fácil entender qué era lo que esperabas de nosotros, nada, tú llegaste ofreciendo y te ganaste el amor de cada uno de nosotros que con tu llegada dejamos de ser 5 para ser 6. El primer día que me pediste jugar yo creía que me querías atacar, qué ingenua, si tú sólo querías dar. En pocos días tu alegría entró en cada uno de nuestros corazones y con sutileza te hiciste el rey de la casa, te acuerdas aquel día que paseando te hiciste un amigo y al día siguiente te esperaba en la puerta de casa. Las siestas con el Alfonso, los revolcones con la Soraya, los mimitos de la mama y los largos paseos con el papa, te convertiste en su mejor amigo, siempre a su lado eras su gran compañía, cuando él murió tú lo sentiste y lo evidenciaste, también cuando tu gran compañera Soraya se marchó de casa le hiciste saber que estabas enfadado por no estar ya tan cerca de ti. Y cuando vino a vivir la yaya, vaya si le hiciste una buena bienvenida, al final os hicisteis grandes amigos.

Nos has acompañado estos últimos 13 años, cuando me iba a dormir la siesta tú venías detrás, luego te ibas y luego volvías, te cerraba la puerta y tú llorando para que te dejara entrar, vamos que no me dejabas dormir, también has hecho alguna marranada con mis peluches, al final siempre nos hacías reír. Y el pueblo, te gustaba ir allí tanto o más que a nosotros, el yayo te decía “vamos al pueblo” y se te ponían las orejitas de punta como dos antenas. Hemos sido felices juntos, hemos pasado todas las alegrías y las penas que la vida nos ofrece junto a ti y tú siempre has tenido un gruñido o un lametón para nosotros, siempre durmiendo cerquita en el sofá o en la cama con la Soraya, siempre pegando tu cuerpo al nuestro para darnos el honor de sentirte cerca y para tú sentirte protegido, incluso has tenido descendencia, vaya día aquel toda la casa llena de gente esperando a que os quisieseis, tuviste unos cachorritos preciosos, también te enamoraste, tu amor estaba un poco enfermita y era feucha pero tú estabas todo el día allí pegado a ella y no querías volver a casa y la mama te castigaba.

Capri, es una vida entera la que has pasado a nuestro lado y hasta el último momento has sido nuestro hermano, ha sido duro tomar la decisión, pero estamos felices de que no hayas llegado a sufrir ya que no lo merecías, has envejecido a nuestro lado y nos has enseñado muchas lecciones, la última, la del desapego, te has marchitado poco a poco para transcender y nos has dado tu amor que aún siento en mi corazón que sigo recibiendo. Ahora rezamos porque el papa te ayude a transcender y lo que ahora te espera sea grande y hermoso como lo eres tú.

Gracias Capri