miércoles, 2 de abril de 2008

LA CHISPA DE LA VIDA


Ayer conocí a un sabio, VICENTE FERRER, fue por la tele pero me llegó como si lo hubiese tenido al lado ... como si lo hubiese tenido dentro.

Este señor en xanclas, trabaja cada día de su vida para ayudar a los demás y porqué, pues porque siente que eso es lo que debe hacer y le hace feliz hasta la médula. Qué necesita en la vida más que eso? Nada, creo que es de las personas más ricas que he visto.

Su ego, ese que a veces es tan amigo y a veces tan enemigo, también trabaja para los demás, porque trabajando para los demás, trabaja para sí mismo, en él pude ver claramente como estamos todos conectados, como dios estaba en sus ojos, también una ola y también un pájaro, y entonces lo sentí en mí y alrededor sentía esas chispitas de energía que somos todos. Y vi el poder que tenemos para ser “santos”

Hoy vuelvo a caer en la vanidad, el orgullo, el menosprecio y el egocentrismo y me cuesta ser “santa”, no sé cómo hacerlo sin traicionar mi dignidad, ni siquiera sé si mi supuesta dignidad es fruto de mi ego, me encuentro en un claro del bosque y debo elegir si ser compasiva, humilde, amorosa y eso me hace dudar si perderé parte de mi autoestima, de mi personalidad y realmente no sé ni cuál es mi personalidad.

El universo es sabio, por lo tanto todos somos sabios y me da pena desperdiciar esa sabiduría por no conectar con el centro de mi corazón de una manera limpia como un riachuelo de agua clara, cuando así me siento, viene algún barullo de mosquitos y me despisto.

Un abrazo.

8 comentarios:

llum dijo...

Mi fito, fito...que boniko.

La bibliografía de Vicente Ferrer es increíble, apasionante. Iluso su historia de amor es fascinante. La RDT hace una labor humanitaria increíble, desde dentro, con la ilusión de formar una cadena de recursos.
Me tocaste en el corazón con tu post, por Vicente y por las sabias palabras salidas de tu pensamiento.

Saludos

“En la pobreza mas extrema, en la humanidad desnuda, he encontrado la riqueza más grande”
Vicente Ferrer

David dijo...

Que bueno... Se puede ser feliz como vicente entregando a los demás. Y ese era su camino y lo encontró, por eso cada gesto, cada mirada, cada palabra, viene acompañada de una brillante y luminosa sonrisa.

Su alma está en sintonía con su acción.

Al mismo tiempo, hay cientos de miles de caminos para encontrar esa sintonía. Cada uno en aquello que más le guste y le apasione.

Gracias

EVA dijo...

Llum ... me ha hecho muy feliz leerte, como he escrito en el blog de David, por un momento has sido mi Mary Popins. Muchas gracias por tus palabras, el mejor regalo es llegarle a alguien al corazón.

Besos

EVA dijo...

Gracias por recordarme que hay cientos de caminos David, a veces me cierro dentro de pequeñas posibilidades y se me olvida que el universo es infinito...

TQ

llum dijo...

Eva,

Y que razón tienes... llegar al corazón con un escrito es difícil porque dejamos atrás la mirada, los gestos,...todo lo que acompaña al mensaje oral. Pero a la vez el post se convierte en algo mágico, porque personas que no se conocen pueden interactuar.

Un abrazo

EVA dijo...

Un abrazo enorme Llum!!

Anónimo dijo...

¿Como podriamos convencer a los mandatários para ayudar a gente como Vicente Ferrer?
Pues afortunadamente hay gente que trabaja con esos mismos fines y no hacen mas por no tener ayuda del gobierno.
¡Que difernte seria la situación de esos niños.. con personas así!!
Pensemos que un dia no muy lejano cambie la humnidad,para bien de todos.
Eva sigue adelante con lo tuyo es muy bueno.
Gracias.
M.Varela

Carol, Lur, o llámame algo bonito xD dijo...

Eva, desde la primera vez que escuché y ví a este hombre por la tele, hace ya bastantes años, me pasó exactamente lo mismo.

Recuerdo algo más de aquella entrevista. Le preguntaron si creía en dios. El contestó, que aunque era así, carecía de importancia, que lo que cuenta es lo que hacemos más que en lo que creemos; que el admiraba profundamente a personas que sin creer en él, actuaban de forma bondadosa. Lo dijo con absoluta humildad y con "un sentido práctico" -por llamarlo de algún modo- que me deja realmente fascinada.